Hilma af Klint, El Cisne, 1915. |
Se entiende por arte abstracto
el que se aleja de toda figuración (espacio real,
objetos, paisajes, figuras, seres animados e incluso formas geométricas si se
representan como objetos reales, con iluminación y perspectiva). Una obra
abstracta, entendida de forma estricta, no puede hacer referencia a algo
exterior a la obra en sí misma, sino que propone una nueva realidad distinta a
la natural.
En las obras de arte figurativo se reconoce por su apariencia externa el modelo representado. El artista puede tener el modelo delante, lo que le permite comprobar su aspecto a medida que va realizando su tarea, o bien lo tiene en su memoria. Puede realizar parte de su tarea frente al modelo (apunte “del natural”) y luego terminarla en su taller (la mayor parte del trabajo de pintores y escultores); o realizarla toda en el entorno donde se encuentra su modelo (plen air, especialmente en la pintura del paisaje) o donde va a permanecer la obra sobre la que se trabaja (pintura mural, tallas in situ). En el caso de la fotografía, la correspondencia con el objeto representado es resultado de su propia técnica. Algo similar se obtiene con algunas técnicas escultóricas (moldes).
Gustave Courbet. h. 1841. Óleo sobre lienzo. |
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